19 noviembre 2009

Nada que contar


El fin de semana de cuatro días ha sido fantástico, tuve visita en casa y no nos separamos ni un minuto. Podría vivir así siempre, pero eso no es realista. En el mundo real hay que trabajar, las ciudades están separadas por kilómetros y las obligaciones y la rutina influyen en el estado de ánimo.
He tenido tiempo en esos días para ver la televisión, visitar Granada y la Alhambra, salir de marcha, comer y cenar fuera, pasear por la playa de noche con Rocco, ir a la playa de día, y disfrutar del cuerpo a cuerpo, la suavidad de la piel, el aroma corporal, y la calidez de estar acompañado. Después de todos esos excesos (gastronómicos, económicos) y la falta de estudio, me he volcado de lleno en los libros, aprovechando que estoy de vacaciones.
Llevo dos días y medio que apenas he salido de casa, solo para pasear a Rocco e ir al gimnasio, el resto del tiempo encerrado disfrutando de no tener prisa, molestado por las llamadas de teléfono de las compañías que quieren venderte ADSL, por el butanero que todos los días quiere traerte la bombona, el correo comercial..., se me había olvidado lo que es estar en casa mañana y tarde.
La asignatura de Lengua Moderna (Inglés) me está sirviendo para fijar conocimientos aprendidos por el uso, y para ampliar vocabulario. Comunicación Oral y Escrita I me gusta bastante, aunque la mayor parte de lo que hasta ahora he visto ya lo he estudiado en asignaturas de otros años. Por una parte es más fácil, pues solo tengo que repasar conocimientos, por otra más aburrida porque ya me suena todo y no me aporta nada nuevo (de momento). Textos Literarios del Siglo de Oro me está gustando, la pega es que tiene un material enorme y en los primeros temas me impaciento porque parece que nunca se acabará. Lo bueno es que esa sensación ya la viví con Literatura Medieval, y sé que luego va saliendo. Ahora mismo estoy de lleno con las Poesías de Garcilaso de la Vega, y creo que lo voy a disfrutar mucho, aunque preferiría estar leyendo alguna novela.
El lunes decidí no pensar, no buscar etiquetas, en resumidas cuentas, no ser yo, y dejarme llevar, total, si no tienes nada, nada tienes que perder. No sé a dónde me llevará el dejarme llevar por la corriente, pero al menos me está permitiendo concentrarme en los estudios sin estar pendiente a la pantalla del ordenador o al móvil.
Mientras, estoy acabando con la primera temporada de Gossip Girl, pues me pongo un par de capítulos o tres cada noche durante la cena y posterior digestión. Sé que es una serie que muestra un mundo despiadado entre adolescentes y muy superficial, pero me sirve de catarsis. Apenas he conectado con el mundo, más allá de los informativos a la hora de almorzar, y sobre todo a través del Facebook, que me sirve para seguir teniendo conciencia de qué están haciendo los demás.
No sé ni por qué escribo esto, no me gusta escribir aquí cuando no tengo algo que decir, pero ya ha pasado una semana y es hora de actualizar. Creo que mañana me echaré a las calles para volver a tener ganas de estar en casa.

09 noviembre 2009

Get together



Continuando con mi propósito de traducir canciones de Madonna, que me sirve para repasar y al mismo tiempo adquirir algo de vocabulario, hoy me he entretenido en ésta. En el gimnasio estaba escuchando el Confessions on a dance floor y, hoy, esta canción cobró un nuevo significado.





GET TOGETHER

todo es una ilusión
hay demasiada confusión
dentro, dentro, dentro de tu corazón
encuentra, encuentra, encuentra el secreto
gira, gira, gira tu cabeza alrededor
cariño podemos hacerlo
podemos hacerlo bien
¿crees en el amor a primera vista?
si es una ilusión, no me importa
¿crees que puedo hacerte sentir mejor?
demasiada confusión
ven conmigo
¿podemos volver?
de verdad quiero estar contigo
venga, déjalo todo y vente conmigo
espero que tú sientas lo mismo
busqué durante toda mi vida
para encontrar el secreto
pero lo único que hice fue abrir los ojos
cariño, podemos hacerlo
podemos hacerlo bien
¿crees que podemos cambiar el futuro?
¿crees que puedo hacerte sentir mejor?
¿podemos volvemos?
de verdad quiero estar contigo
venga, dejalo todo y vente conmigo
espero que tú sientas lo mismo
¿podemos volvemos?
de verdad quiero estar contigo
todo es una ilusión,
hay demasiado confusión
yo te haré que te sientas mejor
si el principio es amargo
más dulce será el final
¿crees en el amor a primera vista?
si es una ilusión no me importa

08 noviembre 2009

De cómo aprendí a leer y a escribir



Siempre me gustó leer, ya desde pequeñito, antes de escolarizarme, tomaba los tebeos de mis hermanos mayores y remedaba a mi madre, que leía con la manía de mover los labios. Yo pensaba que eso era leer, así que me dedicaba a ver los dibujos del tebeo y a mover los labios sin darme cuenta que había algo que me perdía, una transmisión de mensajes que sustituía con la imaginación.
Los comienzos de mi aprendizaje de la lengua escrita fueron rígidos, era otra época más estricta, lo que peor llevaba era escribir entre dos líneas, esa estructura tan firme en la que tenía que encorsetar mi escritura me impedía disfrutar del aprendizaje, pues estaba más preocupado de dar forma e insertar correctamente lo escrito, que de aprender a enlazar letras que remitían a sonidos del lenguaje.
La lectura me resultó mucho más fácil, cuando veía una letra inmediatamente escuchaba en el interior de mi cabeza un sonido, y poco a poco aprendí a enlazarlos hasta que un día ante un letrero escuché en mi interior una voz que me susurraba una palabra: Málaga. A partir de entonces iba por la calle y no podía parar de leer los rótulos que acompasaban mis paseos, lo que al principio alegró a mis familiares, acabó cansándoles tanto como a mi, pero por mucho que intentaba entretener mi pensamiento en otra actividad, siempre acababa componiendo palabras, aunque ya con esa edad había aprendido a interiorizar mi pensamiento, a veces era recomendable no verbalizar todo lo que se nos pasa por la cabeza.
Hubo en mi infancia un día que marcó un antes y un después de mi historia personal, y no fue el día que me compraron los tan anhelados patines, fue el día en que comprendí el significado de la palabra infinito. Mi padre contribuyó económicamente con la Biblioteca Municipal, y como agradecimiento le proporcionaron el carné de socio. El día en que entré por primera vez tuve varios sentimientos encontrados, de la euforia al ver tantos volúmenes apilados en unas estanterías que alcanzaban el techo pasé a la tristeza de la constatación de que sería imposible leérmelos todos, era una tarea infinita, no tendría tiempo para hacerlo ni aunque viviera dos vidas. Pero decidí no perder tiempo y ponerme manos a la obra, el primer libro que leí fue La Isla del Tesoro. Quizá ese título haya contribuido a fomentar mi hábito de lectura, o puede que de antemano estuviera predispuesto a dejarme llevar por las narraciones, pero eso ya nunca lo sabré.

Extraído de mi primera prueba de evaluación a distancia.

04 noviembre 2009

Renovarse o morir

Como ya habrá notado quien conozca este blog, hoy inauguramos nueva imagen. Después de once meses manteniendo el mismo perfil con que se creó este blog, con muchas prisas y sin ninguna experiencia en el medio, iba siendo hora de invertir algunos minutos a darle un cambio de rumbo, si no al contenido, al menos sí al aspecto de la página.
Adriano, como es una persona de extremos, ha decidido pasar del blanco virginal al negro más luctuoso, sin recorrer los grises que pueda haber en un punto intermedio que para él no existe. Es época de cambios, sí, otra vez, hay que cambiar porque sin el cambio acabamos acomodándonos, esa es la naturaleza humana.
El hombre primitivo dejó de ser nómada para convertirse en sedentario, seguramente a medida que fue desarrollando el intelecto, y gracias a ello (o por desgracia), el mundo que conocemos se ha estructurado tal y como todos podemos ver.
Adriano no quiere que esta tribuna, que una vez fundó para recoger recuerdos y compartirlos con el mundo, se mantenga estática, se anquilose, se convierta en la rutina de relatar experiencias reales o inventadas, propias o ajenas, y ha decidido empezar por lo más fácil: cambiar su look, su vestimenta, el envoltorio de lo que realmente importa. Como aquellas personas que un día deciden empezar con el gimnasio y el primer paso que dan, antes incluso de abonar la matrícula, es el de entrar a una tienda a proveerse de ropa deportiva para lo que será su nueva andadura. Hacer deporte o no es algo que el tiempo dirá, pero sin el atuendo apropiado seguramente no se alcanzará el objetivo exitosamente.
Adriano está (otra vez) en un punto de inflexión, al final del verano se relajó, dejó de entrenar y abandonó la dieta (como ocurre cada año en la misma época), pues sabe que la operación bikini comienza en noviembre, y en septiembre hay que hacer un descanso para poder retomar la campaña veraniega con mucha fuerza de voluntad. Después de mucha bollería, hamburguesas francesas del VIP´S, cantidades ingentes de helados y alguna que otra pizza, ya está preparado para volver a encorsetarse en la dieta que le hace lucir palmito por la blogosfera, y ha comenzado a entrenar (sin necesidad de ir de tiendas).
También ha decidido seguir trabajando en su mente, retoma los estudios con pocas ganas y sin ninguna obsesión, pero dejándose encandilar por libros que rezuman conocimiento, y de los cuales va extrayendo de a poco entendimiento aplicable tanto a esta faceta blogger como a cualquier otra que desarrolle o pretenda desarrollar.
Quizá tenga poco tiempo para escribir, pero tampoco escribía demasiado últimamente, por lo que no habrá una diferencia perceptible; aún así, tratará de seguir recogiendo piezas perdidas de promiscuos puzzles y seguir construyendo la amalgama en la que se ha convertido el contenido de este blog.
Esperamos que sea de su agrado.