
Querido Juan,
hoy me vas a permitir que me tome la confianza de decirte muchas cosas que me han venido rondando por la cabeza en estos meses, y que en alguna ocasión te he insinuado. Hace ya más de un año y medio que cambió tu vida, y sé que no ha sido fácil acostumbrarte a ello. A ti, los cambios te resultan mucho más difíciles que al resto de la gente que conocemos, tienes ese absurdo apego al pasado y a las vivencias, te cuesta mucho dejar atrás lo vivido y comenzar de nuevo, pero esta vida está en continuo cambio, y cuanto antes lo asumas, más fácil te resultará seguir adelante. Nada es para siempre, todo es efímero, lo importante son los momentos, y el recuerdo que de ellos permanece en nosotros, me gusta atesorarlos y repasarlos de vez en cuando, porque cuando lo hago revivo esos instantes me hicieron feliz, y vuelvo a serlo por un tiempo. Pero tampoco es bueno vivir en ellos, hay saber cuando ha llegado el momento de pasar página.
¿De qué tienes miedo? Crees que estás llegando a una edad en la que te quedan menos opciones para reconstruir las piezas de un puzzle deshecho, pero te equivocas, porque por suerte, nos ha tocado vivir una generación de libertad, y eso implica que a medida que vayan pasando los años, nuestro entorno seguirá cumpliéndolos igual que nosotros, por lo que siempre habrá posibilidades de no estar solo, ya sea acompañado de amigos o de pareja, sin olvidar a la familia, que por suerte la tienes siempre a tu lado.
Será el azar, o quizás has puesto mucho de tu parte para construirte un mundo en el que estás bien acompañado, tienes unos amigos de verdad, que llevan contigo muchos años y que conocen por lo que has pasado a lo largo de tu vida, eso debería darte seguridad en tu caminar diario, porque no todo el mundo tiene esa ventaja. A veces las acciones del pasado pasan factura, otras, como es tu caso, arrojan un saldo positivo, y esa abundancia que tienes debe servirte para que esos cambios te resulten menos dolorosos. Hay que saber apoyarse en ellos, y no tener pudor a la hora de pedir ayuda, yo, si pagas bien, me alquilo como amigo.
Has conseguido dominar el miedo a la soledad, le has dado la vuelta, y esa soledad que tanto temías no solo se ha reconciliado contigo, sino que te ha servido para volver a encontrarte, volver a ser tú en esencia, ese tú que conozco de siempre, y al que hace tiempo que le había perdido la pista, creo que te pareces más al Juan de los 18 años que al de los 34. Volver a encontrarse con uno mismo, volver a ser consciente de quién eres y qué quieres es una oportunidad que no siempre se consigue, porque no todo el mundo tiene la opciónde volver a regenerarse, volver a analizarse, y hacer aquello que nos gusta en lugar de hacer aquello a lo que nos hemos acostumbrado. Esos cambios, aunque dolorosos, también tienen una parte buena, que es volver a reconducir tus intereses a aquello que siempre te ha gustado, y que a veces, por la rutina, por no darte cuenta, o por complacer al de enfrente, acabas poniendo en segundo plano hasta que lo olvidas.
Sé que estás conociendo a alguien, es demasiado pronto para pensar con vistas al futuro, pero tienes que darte la oportunidad, porque ya va siendo hora. Ni siquiera Charlotte, la de Sexo en Nueva York, necesita tanto tiempo para dejar atrás una relación, su teoría es que uno necesita la mitad del tiempo que ha estado en pareja para olvidarse de ella, así que tú ya estás llegando a ese punto.
No tengas miedo a que te hagan daño, ya te lo han hecho y has salido de ello, sí, algunas noches de insomnio, muchas ilusiones rotas, pero al final todo pasa. Por tanto, date la oportunidad a ti mismo de que alguien consiga volver a enamorarte, porque sabes que ese es tu estado ideal, que eres mejor persona cuando estás enamorado, porque eres capaz de hacer por esa persona más de lo que harías por ti mismo. Que es mucho más joven que tú, bueno, pues mejor para ti, al fin y al cabo, te durará más tiempo con un aspecto lozano. Que no quieres volver a vivir cosas que ya has vivido, pues mira, la vida se repite, se emula a si misma, porque no hay nada más aparte de trabajar, dormir, comer, disfrutar de los amigos y familia, enamorarte y compartir tu vida con alguien, esas son las herramientas que tenemos para rellenar esos espacios de tiempo que la vida nos brinda, sin decirnos si van a ser muchos o pocos, así que intenta llenar el máximo espacio posible de cosas buenas, porque los huecos que te queden en blanco no vas a poder volver atrás para rellenarlos.
Espero que no te moleste lo que he querido decirte desde hace tiempo, pero es más fácil ver las cosas desde fuera, y los amigos estamos para decirlas, tanto las buenas como las malas.
Un abrazo.