
Intranquilidad, así es como definiría su estado de ánimo, no sabía el porqué y no se entretendría en pensarlo, lo que mejor iba para situaciones así era calzarse las zapatillas e irse a correr por el Paseo Marítimo.
Además de quemar calorías, le vendría bien quemar la energía acumulada que bullía en su interior y que le impedía asentarse en esa tranquilidad en la que últimamente se mecía. Tomó el Paseo Marítimo adelante y comenzó a caminar rápido como forma de calentamiento, a lo que le siguió un alegre trote durante unos minutos, para comenzar a correr en una carrera que duraría más de media hora.
Inspiraba, exhalaba el aire, sabía que mantener el ritmo de la respiración es lo que le salvaba del cansancio prematuro y del temido flato que cuando aparecía obligaba a detener el entrenamiento. A lo largo de la carrera se iba cruzando con personas aquí y allá, unas paseaban, otras caminaban, iban en bicicleta o con patines, y de vez en cuando se cruzaba con otros corredores, algunas caras ya le resultaban familiares.
Empezó a notar como un hilo de sudor le corría espalda abajo, era lo único que le disgustaba de hacer deporte, pero era inevitable si quería mantenerse en la zona cardiovascular y eliminar toxinas.
No sólo le gustaba correr por el efecto biológico que esto producía en su cuerpo, se sentía adicto a las hormonas que el cuerpo segregaba, sino que también le permitía aislarse del mundo, abstraerse en sus pensamientos sin importarle lo que sucediera alrededor. Era un momento del día que sólo le pertenecía a él, se sentía igual que cuando en verano se sumergía en el mar aislándose de los estímulos exteriores, ojos cerrados, sonidos atenuados por el agua, sintiéndose conectado con las energías del planeta.
Llega al final del Paseo, va bajando el ritmo hasta que acaba caminando rápido, para parar y hacer unos estiramientos. En ello estaba cuando levanta la cabeza, y ahí está, la ve en todo su esplendor, exhuberante y llamativa, sonriendo con un punto de recato al resguardarse tras unos hilos de nubes. La culpable de toda esa intranquilidad.