06 mayo 2010

El azul de Elya

Fotografía: Griego Atardecer
Autor: El Roce

Al recoger la correspondencia, entre sobres con membretes de firmas comerciales y bancos, encontré una tarjeta postal con la fotografía de una atardecer en el mar. Me pareció raro porque no recordaba que ninguno de mis amigos estuviera de viaje, empecé a leerla en el ascensor sabiendo que no era para mi, que el cartero se había equivocado, pero como no llevaba sobre, su contenido era público. Me pareció tan bonita que no pude evitar compartirla con vosotros, he aquí su contenido:

"Querido Abel, aprovecho un momento de tranquilidad para compartir contigo la felicidad que me envuelve, es una sensación que arraigó en mi en cuanto me subí al avión con destino a esta isla que no ha defraudado ni la más alta de mis expectativas.
Me resulta curioso pensar que vestimos de casualidad aquello que depende esclusivamente de nosotros, nuestra tendencia a atribuir al destino la responsabilidad de lo que nos ocurre ahora me parece muy lejos de la realidad. En el mismo momento en que compré aquel billete de avión empecé a escribir esta historia tan bonita que nació la primera noche que puse los pies en esta tierra rodeada de un mar verdiazul, tan impresionante, que la visión del primer amanecer puede cortarte la respiración. Como cuando Sebastian me sonrió por primera vez.
Si yo empecé a escribir esta historia en el momento de escoger la fecha del 21 de agosto y no otra, él puso el papel escogiendo las mismas fechas, sin acordarlo previamente. Lo que es seguro es que no fue casualidad que esto ocurriera, probablemente nos llamáramos el uno al otro desde la distancia, sin tener la certeza de que sintonizábamos la misma frecuencia. ¿Nunca has sentido que hay alguien ahí esperándote, y no saber dónde buscarlo?
El resultado de hacer coincidir nuestras coordenadas geográficas y temporales son días de sol frente al azul del mar, azul como el de los ojos de Sebastian en los que continuamente me sumerjo; charlas al atardecer (como el de esta postal) en la playa de Elya, mientras refresca y nos acariciamos mutuamente para transmitirnos el calor de nuestros cuerpos; y besos, muchos besos interminables que parecen nuestro particular maná. También son noches de copas al son de la música de baile, entre chicos con ganas de diversión, que nos miran envidiando la felicidad que nuestras caras irradian, mientras nos sentamos un poco apartados para poder compartir confesiones, antes de irnos a disfrutar de la pasión que provoca un cuerpo nuevo, y una fecha de caducidad.
Cuando regrese seguramente lo pasaré mal, como el adicto a su droga cuando le falta, y quizás te corresponda a ti cuidarme durante los oscuros días del mono, pero no quiero pensar en ello, estoy centrado en el gozo de cada minuto aquí, intentando transmitirte algo de ello.
Te mando un abrazo, tu amigo Luis.
Mykonos, 23 de agosto de 2010."

Con el remordimiento de haber leído una postal que no era para mi, me he introducido sigilosamente, como un ladrón a punto de ser descubierto, en el portal contiguo para dejar la tarjeta en el buzón del destinatario. Al salir, una sonrisa de complicidad se me reflejaba en la cara.


10 comentarios:

theodore dijo...

Bueno bueno....el Roce!!! Palabras mayores. Y yo diciendote precisamente hoy que se echaban de menos textos más largos, jejeje. Una postal preciosa en imagen y texto, tierna y amorosa pero a la vez picantona y sensual, no le falta un detalle. Y en ese "entonno"...

Pero bueno, aunque tenga fecha de caducidad seguro que habrá merecido la pena y será un recuerdo imborrable.

Un besote.

Silver's Moon dijo...

Ufff qué romántico.... un entorno inigualable, una nueva ilusión, mucho amor y mucha pasión... jo, quién lo pillara...

Te he imaginado devolviendo la postal y me ha encantado jeje.

Un beso grande grande

Ut dijo...

Qué bonito, no??? creo que voy a empezar a viajar solo a ver si a mí me ocurre algo parecido. Es una experienca que apetece, verdad? En la playa, sin prisas, disfrutando cada instante, conociendo a una persona, descubriéndola, sintiéndola....

Un beso

UT

Argax dijo...

Nada de vergüenza ni remordimiento, eres un privilegiado por poder asistir a esas otras historias que nos rodean.
Qué pensará Abel? Qué pasará después de que el paraíso de la postal se termine? Ahí hay historia, de la de verdad.

Ya me dirás como está el último de Auster, yo con Paul ya he tomado la decisión de aguantarme un añito hasta que pasan sus libros a bolsillo.

Un abrazo.

Thiago dijo...

Jaja, Bueno, el que escribe en una postal sin sobre sabe a lo que se expone. Luego dicen que no escribas nada sensible por email, pero escribir en postales es casi mas comprometedor, aunque al final haya sido un lujo que lo hayas compartido con nosotros, un texto tan lleno de vitalidad y felicidad…

Bezos.

Petrus dijo...

Qué estupenda la idea del remitente, enviar las postales con antelación, anticipándose positivamente a algo maravilloso que está por llegar... -o acaso hubo un despiste del amanuense al copiar la fecha-.

Preciosa postal, mucho, tanto el anverso como el reverso.

P.S. (que quiere decir Por Sierto): Muy acertado el nuevo diseño del blog.

sonia dijo...

¡Que momento mas bello esta viviendo ese chico! y qué bonita amistad, puesto que cuenta con tu vecino para que le ayude en los malos momentos.

TUT dijo...

Envidia me da unos dias en Mikonos como los que cuenta la postal...
Yo siempre le decía a alguien que nos iríamos auna isla griega a vivir el resto de nuestros días, pero ya ves, al final mi realidad es el duro alfalto.

Un saludo.

Adrianos dijo...

que puedo comentar que no hayan comentado ya... solo asegurar a quien no ha visitado las islas griegas del mar Egeo que el azul del mar, la primera luz de la mañana y la última de la noche tienen un color único, distinto, el azul es otro azul y todo lo que se vive se ilumina de manera distinta... que bien lo describe el texto...

Mykonos y la Playa de Elya... mira que justo hoy estaba escribiendo yo un borrador sobre una isla griega... a ver si lo publico pronto

Sunion30 dijo...

...qué curiosa esa sensación de entregarse al verano a sabiendas de la condena del otoño. En el fondo nos gustan los extremos, proa y poa de nuestra isla. Al menos lo mojamos en el mar.

Un abrazo fort Adriano :) γεια σου!