17 enero 2011

Not an angel


La consciencia aparece junto a la sensación de frío, que eriza su piel. Se despereza sin recordar cómo cayó en ese sueño profundo: Despertar.


Siente una quemazón en la espalda, sus dedos perciben una excrecencia desconocida, e intenta erguirse: aprendizaje.


Se siente tan deslumbrada por la nueva realidad como por la luz del atardecer, que la envuelve y abriga: Esplendor.


Acepta su nueva situación pero desconoce la prohibición: Decadencia.

Padece la ira divina: Ocaso.


5 comentarios:

Ut dijo...

Bonito principio y triste final ... como la vida misma!

Un beso

UT

Adrianos dijo...

es que no hay que tentar a los dioses
Besos de Icaro

theodore dijo...

La ira divina siempre fastidiando...

Un besote.

Thiago dijo...

jaja pero que tonta, se ve que el peso de las tetas no le dejaban despejar, cari. Tenía que haberle dado a las alas y alejarse de este dios juguetón, que ha jodido la vida de ángeles, demonios y seres humanos, y así ninguno encontramos nuestro sitio, jaaj


Bezos.

Silver's Moon dijo...

Ocaso? pues la ira divina parece sentarla de maravilla.

Un besazo