10 enero 2009

SÉ INFIEL Y NO MIRES CON QUIÉN


Viernes noche y me invitan a una obra de teatro. Por el título me imagino lo que voy a ver en escena, pero nunca desdeñaría un espéctaculo así, el trabajo ajeno tiene su valor, aun cuando no cuadre con tus gustos. Después ver la obra pienso que no me he equivocado en mi prejuicio, es una comedia de enredo muy previsible, llena de estereotipos, pero aún así, me he reído en alguna ocasión, y reconozco que las tablas del escenario me atrapan. En cuanto suena el timbre y se vuelve la sala oscura, me salgo de mi mismo y se me olvida el cansancio de la semana.
Lo peor, guión cuajado de estereotipos, desde el típico marido calavera e infiel, pasando por el diseñador de interiores con su poquita pluma al que le preguntan si es "mariquita" (la de tiempo que hacía que no oia esa palabra), hasta el propio final, todos acaban felices y en pareja, porque la felicidad en soltería parece imposible.
Lo mejor, Jesús Cisneros, que me sonaba de la tele pero no sabía mucho de él. Me parecía un tipo blando, pero en cuanto salió a escena me atrapó su voz y su actuación, reconozco que ayer lo hubiera invitado a cenar.
¿Me estaré haciendo mayor?


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