04 enero 2009

ATARDECER DE SÁBADO


Esta tarde intenté empezar una nueva entrada y no había forma, estaba yermo, no tenía nada que decir, no me salía ningún pensamiento. Esta noche me fui con JC y sardi a picotear algo, y a tomar unas cervezas. Después de toda la noche charlando y contándonos nuestras intimidades he llegado a dos conclusiones:
1. Que por fin parece que he recuperado mi espacio.
2. Que no hay que tirarse a los ex.
Cuando él se fue de casa tardé tiempo, mucho, quizás demasiado, en empezar a recuperar mis espacios. Yo llevaba viviendo en esta casa unos cuantos meses cuando lo conocí, y a los pocos meses acabó viviendo en ella. No es que decidiéramos vivir juntos, más bien es que un día llegamos a la conclusión de que él vivía allí. Poco a poco fue ocupando espacios, una mesita de noche le correspondió a él, una parte de los armarios, unos cuantos cajones, utensilios de repostería que ni sabía que existían aparecían cuando abría los armarios de la cocina.
Mi cama provenía de mi casa anterior, a él no le parecía cómoda, y a mi me incomodaba haberla compartido con mi anterior pareja, así que me pareció buena idea comprar una nueva. Yo creo mucho en los símbolos, por eso pensé que comprar una cama nueva simbolizaría para mi el empezar de cero, olvidando todo lo anterior, y construir un nuevo futuro asentado en unos cimientos firmes, sin huellas ajenas.
Cuando él se fue de casa me enfrenté a un montón de espacios compartidos que ya no lo serían más, cada rincón de la casa estaba plagado de momentos, de recuerdos, de vivencias, y todas me remitían a él. Sé que es duro una ruptura cuando tienes que buscar piso pero, al menos, esa nueva vivienda no contiene el recuerdo de lo vivido. Probablemente sea más duro permanecer en el mismo sitio donde has construido una relación de la que solo quedan escombros con los que continuamente te tropiezas en tu deambular diario. Hubo momentos en que se me pasó por la cabeza venderla, o alquilarla e irme a vivir con mis padres por una temporada, pero nunca me ha gustado huir de los problemas.
Hace un par de meses (llevo sin pareja un año y medio) que vacié su mesita de noche, pero aún no he sido capaz de invadir "su" espacio de la cama, cada día me despierto acurrucado en el lado que me correspondía cuando vivía en pareja. Por suerte, ya duermo del tirón, sin despertarme cada ciertas horas.
Sé que he vuelto a reconquistar mi espacio porque ahora puedo quedarme en casa solo, y estar en equilibrio, con mi paz interior, y no necesito salir el sábado noche a la calle, para evitar oír el sonido de la soledad en casa, ese que aparentemente no se escucha, pero que a partir de las 12 de la noche del sábado empieza a retumbar en mis oídos.
Tras caer la tarde, el día ha ido muriendo, escondiédose el sol por entre las montañas. Es sábado por la noche, son más de las 12 y en mis oídos solo retumban las risas de JC, de sardi y las mías.
Como dice la Pepa (Carmen Maura en Mujeres al borde de un ataque de nervios): "No pienso vender este ático, me encantan las vistas".

4 comentarios:

sardinita dijo...

buenísimo
si
también cuando la maura le tira el disco y el tocadiscos y le da en el capó a la novia nueva, eso si que ni maitena lo pinta :)
ahora a dormir en el centro de la cama
un año por estrenar
:D

ADRIANO dijo...

"Me cago en la puta madre de esa señora... Mira Pepa, te voy a meté un puro por lo los chiítas que te vas a cagá", jejeje.
Me encanta esa peli.
Es lo mejor de empezar un año, que puedes pintarlo como más te guste.
Un beso de buenas noches.

ulises1b dijo...

Pues tio, me podías haber llamado a mí también, jajaja, que a mí sí que me retumbaban los oidos a partir de las 12.
Conozco un caso de un amigo mio que le pasó eso que describes, él decidió cambiarse de casa. Primero la pintó, y luego cambió los muebles pero aún así, decidió cambiarse de casa. Nunca he estado en esa situación, pues como ya te comenté nunca he llegado a tener pareja. Pero me imagino que debe ser duro estar y vivir en un sitio que te recuerde a él. Lo más cerca que he estado de esa situación es en el recuerdo de lugares. Por ejemplo, yo no puedo ir a París, me encantaría volver, pero no puedo. Sólo pensarlo y duele un poquito, sí..., me puedo imaginar lo que sientes.

un beso y a ver cómo se presentan los reyes, que yo he sido MUY MUY MUY BUENO.

ADRIANO dijo...

No sabía que a ti también te retumba el sonido de la soledad, pero aun en ese caso, no tengo tu teléfono, Ulises.
Un abrazo.
PD: Estoy seguro que los reyes te traerán este año un montón de regalos, y seguro que no son todos materiales.