14 enero 2009


Suena el despertador, las 6:15, ufff, qué sueño, primera sensación: las agujetas de las piernas me acribillan. Estoy todo húmedo, he debido de sudar toda la noche, qué frío al levantarme con la ropa mojada. Visita al baño, abluciones matinales, me visto (qué coño me pongo hoy), desayuno rápido, como los pavos, bowl de cereales, tortilla, tostadas y té, agh, no me entra tanta comida, pero ya he ganado dos kilos y no se notan en la cintura del pantalón, ¡bien!
Paseo los perros, vaya mierda de frío, ¿cuando volverá a ser la Costa del Sol? Subo al coche, conecto el Ipod, se me cae de las manos, de tan frías que las tengo se vuelven torpes, salgo a la autovía, acelero, sobrepaso el límite de velocidad, pero es que si no llegaré tarde, ¿dónde voy a aparcar?, he tenido suerte, un espacio libre cerca de la oficina, llego a la oficina y ficho (parezco 007, con el lector de huellas, pero la pantalla plana para cuándo), cojo mi llave, la de la oficina contigua para desconectar la alarma, la desconecto, entro en mi oficina, conecto la calefacción, me siento, enciendo el ordenador... Ufff! las siete y media y mi umbral de estréss ha sido desbordado, solo me queda toda la jornada para relajarme...
Al menos tengo almuerzco con compañía, después de casi un mes ya va siendo hora de que dé señales de vida, salgo del trabajo, camino rápido hasta el cajero (con qué pago el almuerzo sino), desando el camino de vuelta al coche, conecto el Ipod, esta vez no se me cae, mis manos no están heladas, coduzco hasta el paseo marítimo, encuentro el sitio y me encuentro con él, me da el regalo de Navidad, me conoce bien, me gusta el regalo, nos sentamos a la mesa en una terraza, por fin hay un poco de sol, le escucho mientras absorbo la energía del sol, me cuenta cosas, le cuento cosas, nos miramos a los ojos, nos reímos, nos callamos (poco), tardamos en despedirnos, vuelvo al coche, regreso a casa, me cambio y me voy al gimnasio, entreno pectoral, sudo, me sube la temperatura, veo a los demás, saludo a alguno, termino, lleno el tanque de gasolina, me equivoco de surtidor, viene la empleada de la gasolinera y me dice que me equivoco de surtidor, agarro el correcto, lleno el tanque, llego a casa, la ordeno un poco, paseo los perros, me pongo una porno, me masturbo, me meto en la ducha, me pongo el pijama, hago la cena, devoro la cena, recojo la cocina, me conecto, leo unos blogs, leo unos posts, contesto alguno, cuelgo alguno, me tumbo en el sofa oyendo a Lizz Wright, escribo esto.
Estoy preparado para dormir
PD: Al menos las nubes me tranquilizan de tanto estrés.

5 comentarios:

ulises1b dijo...

Hola Adriano :-)

ES muy agradable mirar en los ojos de alguien y que se te encoja el corazón ¿verdad? Aunque a veces duele, sobre todo, cuando no es posible ser correspondido. No obstante, es bonito.
Ya me contarás lo de la "ponno" jeje

un beso guapo

sardinita dijo...

madre mía, lo que cabe en un día
el frío pasa pronto, es cuestión de echarle paciencia, sobre todo al coger el ipod :)

besos grandes cálidos

ADRIANO dijo...

-Ulises, es muy agradable, aunque más agradable es cuando se es correspondido. Ya hablaremos de "ponno".
-Sardi, en un día caben muchas cosas, más de las que en principio recordamos. El frío no sé, parece que se quedó para siempre.

Besos

Sunion30 dijo...

Lizz Wright..."Salt"?! La puse en "play" después de leerte...qué ritmo. Hasta yo mismo me estresé con tus palabras. Y esa costa que te mece no lo merece. Deberíamos movernos siempre a ritmo de jazz o al de las olas.
un saludo y disculpa por colarme así. Me gustó leerte.

Silver Nemesis dijo...

Me encontré tu página buscando cosas de Edu Boxer y me gustó bastante, en especial este post ya que en cierta medida me siento identificado.

Dejame recomendarte una canción, "The Day Before You Came" de ABBA. La letra y canción son lo más y creo que representan a la perfección cómo te sentías en este post. Un abrazo para vos.