El viernes por la tarde me recoge JC, nos acompañan Lizz Wright y Bel Canto, por fin tenemos unas horas para charlar, últimamente nos vemos poco. Desde la carretera en el horizonte se disfruta de un bonito atardecer, y paramos en un bar de carretera a tomar un café. En ese momento de intimidad nos contamos cómo conocimos a nuestros respectivos amores del pasado. Tantas horas de conversación y aún no habíamos compartido esos hitos tan importantes de nuestras historias personales.
Llegamos a casa de la China, nos reciben achispados porque ya han tomado la tarta de cumpleaños y han caído varias botellas de cava. Nos tomamos una copa y vamos a casa de Sardi a descargar el equipaje, JC le da su regalo de San Valentín: una bolsa de naranjas y mandarinas de su campo, buenísimas.
Cenamos en el Diablito, ensalada y unas pizzas riquísimas, unas cervezas y amigas de Sardi (a sus amigas no nos las comemos, obviamente). Del República nos vamos a Utopía, donde conocemos a Rafa y Dan, un sevillano y un estadounidense que son pareja y viven en Sevilla. Sardi se va a dormir y JC y yo nos vamos al Barón, Hercúles Mítico y Man to Man. Acabamos en Ítaca, hasta las tantas, cargados de cervezas y risas. Qué gusto no ver caras conocidas, así si me apetece salir de marcha. Las 6 de la madrugada y me voy a casa solo, con ganas de pillar la cama.
El sábado me levanto y ya está de vuelta JC, tras desayunar nos vamos a dar una vuelta antes de que nos recojan para ir a una venta en Coria, y por el camino voy haciendo fotos a cualquier cosa que me llame la atención: convierto a Sardi en un fantasma, veo una pintada anarquista contra la crisis. En un mercado me envuelve el perfume de mi infancia, de cuando acompañaba a mi madre a comprar, está en obras y resulta extraño ver los puestos de flores junto al pescado, en un raro contraste de imágenes y olores.
Pepa nos recoge y nos perdemos en un barrio intentado encontrar a su marido. De camino a Coria Sardi se queja porque no quiere ir a cualquier lugar en el campo sin vistas al campo, ella prefiere quedarse en Manhattan, no le gusta ir a Brooklyn. Comemos un arroz con pato y otro con faisán (¿eso se come?), la China sopla las velas y nos reímos en la sobremesa. Pablo nos cuenta como conoció a Pepa: los portales de internet a veces tienen un resultado muy positivo.
De vuelta a Manhattan vamos al Chile, pero JC y yo preferimos patear la ciudad, ya es hora de movernos un poco. Vamos de un puente a otro y por el camino atrapo momentos ajenos, le robo a esa ciudad algunos reflejos y llegamos a mi calle: Adriano.
En el centro nos pilla un rojo atardecer entre una exposición de esculturas en la calle. En la Campana compro una caja de bombones para Sardi, ese día tenía que tener su regalo de San Valentín, ya que en Sevilla no hay heterosexuales, buenorros, solteros e inteligentes.
JC se echa una siesta y Sardi nos llama "venid al pimiento", siguen de juerga y vamos a tomarnos unas tapas. Cuando llegamos están contentas, pero nos ponemos a nivel rápidamente. El camarero flirtea con JC, y él se divierte. Aparecen Rafa y Dan y nos reímos haciéndonos fotos temáticas, la cara de Dan sorprendido es de Óscar (por lo de americano, la mía sería para un Goya).
Nos quedamos solos JC y yo, y empezamos el recorrido nocturno de la noche anterior. Ya nos encontramos con caras conocidas, y nos reconocen, en dos fines de semana ya me conocería a la mayoría de solteros fiesteros. A última hora me quedo solo en la pista de la discoteca, no puedo irme a dormir porque aún mi nivel etílico es alto. La música es rayante y a mi alrededor no hay nadie conocido, ni nadie que me apetezca conocer. En el guardarropa han perdido mi chaqueta, afortunadamente después de una larga búsqueda aparece, se había caído de la percha y estaba en el montón de chaquetas sin numerar. Las 7 de la mañana y yo solo pienso en comerme unos churros con chocolate, pero no encuentro ningún lugar abierto ¿en Sevilla la gente no desayuna?
Domingo de resaca en la calle, al solecito entro en trance, Amelia, la hija de la China pinta un cohete espacial (para mi especial) en el que dibuja a todos menos a mi, ella se ha dado cuenta de que yo ya estoy en órbita, para ser tan pequeña tiene mucha intuición.
De vuelta a casa de Sardi grabamos un videoclip con la canción Eden de Hooverphonic, y nos descojonamos (ella se desovaria) de la risa, no quiero ni ver cuando cuelgue el resultado en su blog. Al recoger el coche, los vándalos han roto el parabrisas del coche de JC, no hay ningún sitio abierto para cambiarlo, la opción es quedarnos hasta el lunes (pero no podemos, hay que trabajar) o intentar regresar con dificultad de visión por las grietas, que es lo que finalmente hacemos. JC está flipando con los reflejos y destellos que las luces producen en la luna resquebrajada, pero en los Montes de Málaga comienza a chispear y la cosa se pone fea, porque no podemos usar el limpiaparabrisas. Se me quita el sueño de golpe, pero llegamos sanos y salvos, mis perros me dan la bienvenida y es hora de meterme en la cama, tengo que recuperar horas de sueño.
¡Qué gusto disfrutar de lo que los amigos ofrecen! Sardi, gracias por compartirte con nosotros, tu casa y tus amigos.
Llegamos a casa de la China, nos reciben achispados porque ya han tomado la tarta de cumpleaños y han caído varias botellas de cava. Nos tomamos una copa y vamos a casa de Sardi a descargar el equipaje, JC le da su regalo de San Valentín: una bolsa de naranjas y mandarinas de su campo, buenísimas.
Cenamos en el Diablito, ensalada y unas pizzas riquísimas, unas cervezas y amigas de Sardi (a sus amigas no nos las comemos, obviamente). Del República nos vamos a Utopía, donde conocemos a Rafa y Dan, un sevillano y un estadounidense que son pareja y viven en Sevilla. Sardi se va a dormir y JC y yo nos vamos al Barón, Hercúles Mítico y Man to Man. Acabamos en Ítaca, hasta las tantas, cargados de cervezas y risas. Qué gusto no ver caras conocidas, así si me apetece salir de marcha. Las 6 de la madrugada y me voy a casa solo, con ganas de pillar la cama.
El sábado me levanto y ya está de vuelta JC, tras desayunar nos vamos a dar una vuelta antes de que nos recojan para ir a una venta en Coria, y por el camino voy haciendo fotos a cualquier cosa que me llame la atención: convierto a Sardi en un fantasma, veo una pintada anarquista contra la crisis. En un mercado me envuelve el perfume de mi infancia, de cuando acompañaba a mi madre a comprar, está en obras y resulta extraño ver los puestos de flores junto al pescado, en un raro contraste de imágenes y olores.
Pepa nos recoge y nos perdemos en un barrio intentado encontrar a su marido. De camino a Coria Sardi se queja porque no quiere ir a cualquier lugar en el campo sin vistas al campo, ella prefiere quedarse en Manhattan, no le gusta ir a Brooklyn. Comemos un arroz con pato y otro con faisán (¿eso se come?), la China sopla las velas y nos reímos en la sobremesa. Pablo nos cuenta como conoció a Pepa: los portales de internet a veces tienen un resultado muy positivo.
De vuelta a Manhattan vamos al Chile, pero JC y yo preferimos patear la ciudad, ya es hora de movernos un poco. Vamos de un puente a otro y por el camino atrapo momentos ajenos, le robo a esa ciudad algunos reflejos y llegamos a mi calle: Adriano.
En el centro nos pilla un rojo atardecer entre una exposición de esculturas en la calle. En la Campana compro una caja de bombones para Sardi, ese día tenía que tener su regalo de San Valentín, ya que en Sevilla no hay heterosexuales, buenorros, solteros e inteligentes.
JC se echa una siesta y Sardi nos llama "venid al pimiento", siguen de juerga y vamos a tomarnos unas tapas. Cuando llegamos están contentas, pero nos ponemos a nivel rápidamente. El camarero flirtea con JC, y él se divierte. Aparecen Rafa y Dan y nos reímos haciéndonos fotos temáticas, la cara de Dan sorprendido es de Óscar (por lo de americano, la mía sería para un Goya).
Nos quedamos solos JC y yo, y empezamos el recorrido nocturno de la noche anterior. Ya nos encontramos con caras conocidas, y nos reconocen, en dos fines de semana ya me conocería a la mayoría de solteros fiesteros. A última hora me quedo solo en la pista de la discoteca, no puedo irme a dormir porque aún mi nivel etílico es alto. La música es rayante y a mi alrededor no hay nadie conocido, ni nadie que me apetezca conocer. En el guardarropa han perdido mi chaqueta, afortunadamente después de una larga búsqueda aparece, se había caído de la percha y estaba en el montón de chaquetas sin numerar. Las 7 de la mañana y yo solo pienso en comerme unos churros con chocolate, pero no encuentro ningún lugar abierto ¿en Sevilla la gente no desayuna?
Domingo de resaca en la calle, al solecito entro en trance, Amelia, la hija de la China pinta un cohete espacial (para mi especial) en el que dibuja a todos menos a mi, ella se ha dado cuenta de que yo ya estoy en órbita, para ser tan pequeña tiene mucha intuición.
De vuelta a casa de Sardi grabamos un videoclip con la canción Eden de Hooverphonic, y nos descojonamos (ella se desovaria) de la risa, no quiero ni ver cuando cuelgue el resultado en su blog. Al recoger el coche, los vándalos han roto el parabrisas del coche de JC, no hay ningún sitio abierto para cambiarlo, la opción es quedarnos hasta el lunes (pero no podemos, hay que trabajar) o intentar regresar con dificultad de visión por las grietas, que es lo que finalmente hacemos. JC está flipando con los reflejos y destellos que las luces producen en la luna resquebrajada, pero en los Montes de Málaga comienza a chispear y la cosa se pone fea, porque no podemos usar el limpiaparabrisas. Se me quita el sueño de golpe, pero llegamos sanos y salvos, mis perros me dan la bienvenida y es hora de meterme en la cama, tengo que recuperar horas de sueño.
¡Qué gusto disfrutar de lo que los amigos ofrecen! Sardi, gracias por compartirte con nosotros, tu casa y tus amigos.
10 comentarios:
no sabeis lo solita que se ha quedado la casa ahora,
ojala todos mis amigos viviesen cerca, ahora estoy poniendo un puchero, seguro que mañana comiamos todos puchero light,
un abrazo grande
No lo hubiera vivido mejor viviéndolo, pero ayudó mucho tu forma de contarlo. Y si: en Sevilla la gente desayuna.
No hay nada mejor que estar rodeado del afecto de los amigos, y compartir con ellos salidas, risas y confesiones. Lo contaste de tal manera que me transportaste.
BESOS
toi caída en picado nene
sardi
Sardi, no sé como contactar contigo, pero si quieres que charlemos, pide mi telefono a jc, puedes compartir conmigo tu noche en picado.
Un beso
Que buen rollo me ha dejado el fin de semana, ahora siento que ese puñado de gominolas que me metí en la boca, son todas del mismo sabor y del que me mas me gusta, no queda ninguna ácida que me de arcadas...gracias por plasmar escrito esto...
entonces ha merecido la pena el viaje, no?
un saludo!
Bel Canto los noruegos? Y Hooverphonic! Qué maravilla! Y esa conversación sobre los amores del pasado tuvo que ser muy...interesante :-P
Tiene pinta de haber sido un finde precioso, en buena compañía y lleno de buenos momentos. Y lo has contado estupendamente, como de costumbre. Un besote!
Menudo fiestón,
No recuerdo la última vez que llegué a casa a las 7 de la mañana... uff que pereza, je,je
Un saludo
Ra
jja vaya finde de fiesta, cari.. Bueno, no hay que saber muxo de sevilla pa que eso del man to man y el hercules mitico suene mariquita que te cagas, no?
Lo malo de beber es que a mi me quita el sueño y luego no duermo nada, nada,.. Y si averiguas donde se desayuna en Sevilla a esas horas avisame que igual me interesa, jaaja
Bezos.
Publicar un comentario